«Villaflores es un municipio y localidad española de la provincia de Salamanca, en la comunidad autónoma de Castilla y León. Se integra dentro de la comarca de la Tierra de Peñaranda y la subcomarca de Las Guareñas. Pertenece al partido judicial de Peñaranda. Su término municipal está formado por Villaflores y los despoblados de Mazores Nuevo, Mazores Viejo y Morquera, ocupa una superficie total de 42,03 kilómetros cuadrados y según los datos demográficos recogidos en el padrón municipal elaborado por el INE en el año 2014, cuenta con 291 habitantes. Su fundación se remonta a la repoblación efectuada por los reyes de León en la Edad Media, quedando integrado en el cuarto de Villoria de la jurisdicción de Salamanca, dentro del Reino de León, denominándose en el siglo XIII Velacos. Con la creación de las actuales provincias en 1833, Villaflores quedó encuadrado en la provincia de Salamanca».
Son los datos que he podido encontrar apresuradamente en Wikipedia de una localidad de la que nada sabía hasta que esta tarde Víctor Fernández me puso sobre su pista. Pese a que viví cuatro años en la ciudad de Salamanca y en alguna ocasión realicé pequeñas excursiones por su provincia, jamás había oído hablar de Villaflores y, en verdad, es lógico: he buscado por Internet fotografías y su aspecto no difiere mucho de cualquier otro pueblo postrado en sus mismas latitudes mesetarias. Lo único que le diferencia de ellos es una circunstancia que no salta a la vista sobre el terreno, pero que se hace patente a poco que uno husmee en el callejero y tenga unas mínimas nociones de nuestra historia reciente. Muy cerca de la casa consistorial, partiendo en dos la calle Salas Pombo y doblándose luego en un ángulo recto hacia la calle Villar Martín, se abre una travesía que a día de hoy, 18 de agosto de 2015, aún lleva el nombre de Ramón Ruiz Alonso. Ramón Ruiz Alonso, nacido en Villaflores en 1903 y muerto en Las Vegas (Estados Unidos) en 1978, fue un político español que llegó a ocupar, en representación de la CEDA, el cargo de diputado por Granada entre 1933 y 1936. En el verano de ese año dejó de ser un simple parlamentario de segunda para otorgarse a sí mismo el tristísimo honor con el que ha pasado a la posteridad: Ramón Ruiz Alonso fue el hombre que denunció y apresó a Federico García Lorca. El que le condujo hacia la muerte. Puede que los vecinos de Villaflores lo ignoren. Que a fuerza de escucharlo repetido a lo largo de los años ese nombre haya terminado por no decir nada, por convertirse en una parte más del paisaje. Sin embargo, es labor de quienes bien gobiernan que esta clase de cosas no pasen inadvertidas. Compruebo quién está al frente del ayuntamiento de Villaflores. Desde al menos el año 2007 ha venido gobernando, con amplias mayorías absolutas, el Partido Popular.
Foto: Ayuntamiento de Villaflores